Cada cierto tiempo, cómicos muy populares, aquí, y en el mundo entero, se lamentan de que se les pone cada vez más difícil plantear situaciones de humor en la televisión, sin que alguien se sienta afectado o se queje. Este escenario, el de la suceptibilidad exacerbada -según ellos- es poco fértil para desarrollar su trabajo.

Por eso, muchos ven el pasado como la época perfecta en la que se les permitía todo y nadie se indignaba. Pero en buena hora existen las plataformas que nos refrescan la memoria y en 2020 un programa, que al filo de la medianoche emite Panamericana denominado “El Show de la Risa”.

Hay que darle una mirada de vez en cuando, para darse cuenta de que en la televisión no todo tiempo pasado fue mejor.

En este espacio, en el que hacen una selección de los mejores sketchs de los programas cómicos del canal, si bien se disfrutan de secuencias entrañables del recuerdo, también hay otras, que hoy no podrían ni siquiera imaginarse. Por ejemplo, ahora que se habla y se denuncia el acoso a la mujer, ver a  populares actores de la época, toqueteando y tratando de besar a las modelos a la fuerza, es algo que se censura.

Pero no es lo único que nos recuerda lo que antes se festejaba en la pantalla chica y que hoy se cuestiona. Hace algunas semanas falleció un personaje que se ganó la popularidad desde su eterno lugar de personaje secundario, el expayaso de circo Guillermo Cavallini.

Aunque duela, su único aporte fue convertirse en el “punching ball” de sus compañeros de scketch, quienes lo golpeaban al final para rematar la historia y él justificaba la agresión y el bullying con una frase que niega la violencia y la disfraza de festejo.

Pero la lista es larga y no solo incluye a contenidos de programas cómicos de Panamericana, el humor en la televisión siempre estuvo cargado de sexismo, homofobia, racismo, y gracias a que se denunció y se sigue haciendo, hoy existen límites y se exige que se cumpla la ley.

Sin embargo, quienes tienen la decisión final de que es lo que debe o no hacerse es el televidente. Si se aplaude el exceso, la burla, la agresión, la risa fácil, pues actores, guionistas y  productores, seguirán en lo mismo. No hay vuelta que darle.