Mientras el debate sobre la intención de sectores privados de comprar vacunas sigue polarizando al país, el viceministro de Salud Pública, Percy Minaya, anunció que mañana se iniciará la inmunización a los adultos mayores con las dosis de Pfizer, que llegaron el último miércoles.

Todavía falta mucho para que lleguen las 48 millones de vacunas prometidas por el presidente Francisco Sagasti, pero esta noticia, aunque sea el inicio de un largo camino, es muy grata. Pese a ello, hay cierto escepticismo de la gente. Debe ser porque en un país de cultura matinal, de primeras piedras y de comienzos de obras con bombos y platillos, a menudo los grandes propósitos se quedan en el camino. No queremos un Gobierno de buenas intenciones, pero con falta de capacidad de ejecución. Sería ideal que la llegada de vacunas sea masiva y cada vez más sostenida, pero sabemos que eso depende también de la capacidad de producción de los laboratorios.

No dudamos que en el último mes de campaña electoral el asunto de las vacunas predominará en los discursos de los candidatos. Seguramente los votantes se inclinarán por el que se muestre más seguro en este tema y que se caracterice por su claridad y energía para solucionar ese problema. Los peruanos elegiremos al que responda con convicción a la pregunta: ¿Cómo se puede vacunar a todos y en cuánto tiempo?