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La semana que se inicia podría ser crucial para el rumbo que podría tomar el país en el corto y mediano plazo, pues para este viernes está previsto el interrogatorio que hará la comisión “Lava Jato” del Congreso al presidente Pedro Pablo Kuczynski, una diligencia que se realiza casi tres meses después de que el propio jefe de Estado, casi a regañadientes, aceptara recibir a los legisladores.

De las respuestas que dé el Mandatario relacionadas con sus pasados nexos profesionales con Odebrecht a través de su empresa unipersonal dependerá, en gran parte, cómo le vaya ante el pedido de vacancia que ya está siguiendo su curso en el Congreso, pues si bien muchos legisladores ya se han mostrado a favor o en contra, otros decidirán luego del interrogatorio, con lo que podrían inclinar la balanza hacia uno u otro lado.

El presidente Kuczynski ha dicho que no renunciará y el viernes último, desde Puno, ha proclamado su inocencia. Asegura que no ha actuado mal. En ese sentido, tendrá que explicar muy bien a los legisladores cómo así su empresa trabajó para Odebrecht siendo él ministro de Alejandro Toledo, y cómo así esas consultorías le significaron importantes ingresos económicos, algo que el propio jefe de Estado ha admitido.

El Presidente, el Gobierno y el país entran en una etapa que se espera que se desarrolle de la forma menos traumática posible, pues al mismo tiempo hay grandes problemas que resolver, especialmente en materia económica y social, más allá de lo que suceda en el campo de la política. Una cosa no puede ir desligada de la otra.