El debut de Josué Gutiérrez como defensor del Pueblo no ha podido ser peor. Por un lado se enfrentó a la prensa que solo cumplió con poner reflectores sobre su turbio pasado y su escasa preparación profesional, mientras que al día siguiente apareció en RPP manifestando su “respeto” por su excliente Vladimir Cerrón, un sentenciado por corrupción que además es dueño de un partido político que sueña con derribar la democracia en el Perú.

Pero eso no fue todo. También señaló que desde 2021 trabajó en el Congreso, específicamente en el Departamento de Comisiones, y que desde allí lo enviaron a trabajar a la Comisión de Justicia. Sin embargo, los documentos del Poder Legislativo lo desmienten, pues indican que laboró como asesor de Perú Libre, la agrupación de Cerrón que fue la que lo lanzó como aspirante a defensor del Pueblo.

En verdad no se puede esperar mucho de quien fue un vergonzante escudero de Nadine Heredia, al extremo de colocar en su despacho congresal una foto tamaño gigante de ambos; y de quien fue a Rusia con Alexis Humala a sostener reuniones con autoridades de Moscú, sin tener ninguna representación oficial del Perú.

Lamentablemente, es el nuevo defensor del Pueblo del Perú.