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Cuando Áncash todavía no termina de pararse tras el golpe al mentón que significó las consecutivas caídas en desgracia de sus gobernadores regionales y alcaldes, la justicia se encarga de noquear de nuevo: dos autoridades más -¡y actuales candidatas!- deberán ir cuatro años a prisión por orden del Poder Judicial.

Se trata del alcalde de Chimbote, Julio Cortez, y quien le dejó el puesto, Victoria Espinoza. A la par, ambos son actuales candidatos por la agrupación Río Santa Caudaloso. El primero, para quedar como electo burgomaestre, y la segunda aspira a ser gobernadora regional de Áncash.

Mucha agua ha corrido bajo el puente para llegar a las sentencias de Cortez y Espinoza. El caso data de casi 10 años. El delito de colusión por el que los condenaron fue revelado en Correo Chimbote, mediante el acucioso periodista Miguel Alcántara, quien descubrió que la compra de semáforos inteligentes para la ciudad resultó ser una brutalidad de robo.

El hecho es que el electorado de Áncash se está equivocando con frecuencia. A las pruebas me remito. Victoria Espinoza arrastraba el denominado proceso desde su primera gestión (2007-2010), cuando este diario reveló que aquellos equipos estaban sobrevalorados en 3 millones de soles. La volvieron a elegir como alcaldesa y a su compañero, como primer regidor.

El problema en Áncash es grave y no acaba. Sin ninguna vergüenza, Humberto Ortiz Soto, quien asumirá la alcaldía al ser el primer regidor del Santa, dice que Río Santa Caudaloso seguirá respaldando a ambos personajes, convertidos en los nuevos prófugos postulantes a cargos públicos.

PD: La misma condena recayó en Javier Menacho y Micaela Flores, funcionarios de la Gerencia de Obras de Chimbote. Corrió la misma suerte, Nicolás Rivas, representante del consorcio Santa ITS, que dio los equipos. Y dos años para Aquior Mendoza, exjefe de Logística.