El mejor homenaje que puede hacer el país en su conjunto a Luis Manrique Pizarro, el valeroso sereno de Santiago de Surco que fue asesinado el viernes pasado por el delincuente venezolano Christopher Joseph Fuentes González, alias “Maldito Chris”, es lograr su captura y poner a este criminal ante jueces y fiscales probos y eficientes, y no como aquellos que meses atrás lo dejaron libre a pesar de que ya había sido detenido por diversos robos en Lima.

Ayer por la mañana la Policía Nacional ha allanado una guarida en Lurín, donde ha sido detenida gente cercana a ese criminal que horas después de disparar al sereno que luchó dos días por su vida antes de morir, estuvo en una fiesta en dicho lugar, según ha dicho uno de los maleantes que ha asegurado a sus captores que, en efecto, “Maldito Chris” mató a Manrique Pizarro, quien intentó detenerlo con sus manos sin imaginar que estaba ante un asesino que antes incluso había acabado con la vida de un custodio del orden.

Quizá la captura de este asesino se produzca en las próximas horas. Luego de eso habría que someterlo a un proceso judicial y mandarlo a la cárcel de por vida, si es que no muere antes. Ayer, el comandante general de la PNP, general Jorge Angulo Tejada, ha dicho muy bien que si este sujeto intenta enfrenarse a los agentes con el arma que lleva consigo, será abatido de inmediato. Pero allí no queda todo, pues en la muerte del sereno hay responsabilidad de nuestro sistema de justicia.

Tengamos en cuenta que Fuentes González ya había caído antes en manos de la Policía Nacional, pero fiscales y jueces del Cono Norte de Lima decidieron darle comparecencia restringida en lugar de ordenar prisión preventiva en su contra mientras era investigado. Los peruanos hemos visto con indignación las imágenes de una de sus capturas. Con magistrados y abogados que en la práctica son cómplices de asesinos como “Maldito Chris”, la lucha contra la inseguridad ciudadana seguirá siendo una burla.

Los órganos de control del Ministerio Público y el Poder Judicial tienen mucho trabajo para no seguir siendo las patas cojas en la lucha contra el crimen. Una buena fumigación de magistrados ineptos y corruptos no vendría nada mal. Ese sería el mejor homenaje al sereno Manrique, en lugar de que sus cabezas salgan en televisión a poner cara de acontecimiento, cuando en realidad las instituciones que manejan son un lastre que no hace más que indignar a los peruanos víctimas de asesinos, ladrones, extorsionadores y violadores.

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