Todavía nos quedan algunas semanas de campaña, más tiempo y oportunidades para escuchar a los dos candidatos. Cuanto más los conocemos, peor se pone el ánimo electoral.
El candidato de PL exhibe su profunda ignorancia de las cuestiones de gobierno, la incoherencia de su pensamiento y sus carencias hasta en cuestiones básicas. No me imagino cómo puede ser este señor un maestro y formador de jóvenes. No dejaría a mis hijos en sus manos. Su ignorancia es peligrosa.
La candidata de FP sabe mucho, es inteligente y avezada, y aunque no tenga experiencia laboral, la calle –y su padre– le han enseñado a conseguir lo que se propone, a la buena o a las malas, sin escrúpulos. Es una digna representante del pragmatismo mercantil. El fin justifica los medios. Su conocimiento es tan peligroso como la ignorancia del otro.
Entonces, lo correcto sería apelar a que “votemos por la defensa del modelo económico” y no la cantaleta de “votemos por la defensa de la democracia”. Que la señora no representa, para nada, la democracia. Es más, le ha hecho tanto daño que hoy, mucha gente está dispuesta a preferir el comunismo (y su modelo económico, populista y utópico) porque “aquella democracia”, la de la corrupción, la impunidad, la injusticia social, la inequidad, la que representa la señora, es más de lo mismo.
Vamos a tener que optar, esas son las reglas de juego. Pero seamos conscientes que, con este voto, con estas elecciones, nuestros problemas no terminan, recién comienzan. El próximo gobierno, el que fuere, nos va a dar mucho trabajo y dolores de cabeza que, sumados a los problemas que ya tenemos con la pandemia y sus secuelas, nos tendrán muy ocupados. Vamos paso por paso, primero el modelo y luego a defender las libertades democráticas, eso vendrá después de las elecciones, independientemente de quien salga elegido.