Donald Trump, 45° presidente de EE.UU., sigue causando estupor con sus declaraciones sobre la política exterior de su país. Hoy nos ocuparemos de su reciente anuncio que podría afectar mortalmente al mentadísimo Tratado de Libre Comercio de América del Norte, más conocido como NAFTA por sus siglas en inglés, es decir, el acuerdo al que llegaron los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México en 1994, con el fin de formar un bloque económico y establecer una zona de libre comercio entre estos tres países. Cuando se estaba negociando este acuerdo comercial -era presidente de EE.UU. George H.W. Bush; de México, Carlos Salinas de Gortari; y primer ministro canadiense, Brian Mulroney-, Europa se jactaba del éxito ascendente que estaba alcanzando por esa época el bloque del viejo continente que, con el Tratado de Maastricht de 1993, daba origen a la Unión Europea -por supuesto una estructura muy superior a solamente un TLC-. Un año antes, con bombos y platillos, se había firmado el NAFTA en cada una de las capitales de los tres países. Cumplidas las formalidades del derecho internacional, entró en vigencia el 1 de enero de 1994. México, distante años luz en desarrollo respecto de EE.UU. y Canadá, había sido el más beneficiado y en ese momento ya era parte del codiciado Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico APEC. El NAFTA, entonces, apareció como el gran modelo de integración comercial a seguir. Sin embargo, en contra de este escenario, Trump ha llegado a expresar que el “NAFTA es uno de los peores tratados que se han negociado nunca, en cualquier lugar del mundo”. Más aun, en el marco de la reciente visita del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, a la Casa Blanca, Trump planteó sin titubear un acuerdo bilateral con su vecino del norte, confirmando su total desprecio por México. Un completo desafuero a la vista que aún se desconoce si Trudeau estaría dispuesto a aceptar. No hay nada que hacer: para Trump y su Gobierno, México, que es parte intrínseca de América Latina, sigue siendo, como toda nuestra región, el patio trasero de EE.UU.