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El Premio Nobel de Literatura (2008), el francés Jean-Marie Gustave Le Clézio, vino al Perú y fue invitado especial de la 21° Feria Internacional del Libro de Lima que va hasta fin de mes. En la feria no dejó un solo instante de referirse al máximo exponente del indigenismo, José María Arguedas. En nuestro país Arguedas es uno de nuestros mayores escritores contemporáneos; por su pluma se puede entender al Perú profundo y milenario del que tanto sintieron en vida hombres de inocultables contrastes políticos como Fernando Belaunde Terry y Juan Velasco Alvarado. Las confesiones de Le Clézio desnuda la enorme valorización que conceden los exponentes de la literatura extranjera al escritor de “Los ríos profundos”. Arguedas, por su extraordinario legado, hace rato es parte de la pléyade de grandes escritores de la literatura universal. Aquí en el Perú otros literatos han ganado más fama, pero nunca llegaron a la genialidad del autor de Yawar Fiesta, por cuyos textos aprendimos a amar la profundidad de nuestra cultura precolombina y la dimensión de su consecuencia: nuestro rico mestizaje. Todo el proceso ancestral de la historia del Perú y el sincretismo con España lo aprendimos leyendo al escritor andahuaylino. La tierra o Pachamama adquiere dimensión histórico-social con la revalorización que Arguedas hizo de las tradiciones indígenas. El Nobel francés ha dicho que “J.M. Arguedas es el vínculo que me ató a la literatura peruana” y tiene muchísima razón pues también nos ha atado a los que lo hemos leído desde niños. Aunque las obras de Arguedas sí aparecen en la currícula escolar del Ministerio de Educación, no figuran en los sílabos de los colegios “importantes” de Lima que he podido revisar y eso me preocupa. Ahora se prefiere a las pegajosas novelas fantásticas Harry Potter pero que son otra cosa.