Un paro nacional indefinido convocado por transportistas de carga ha generado bloqueos e interrupciones de carreteras en el interior del país. Además, en algunas regiones, se han plegado a la medida de fuerza algunas empresas de transporte interprovincial. Como era de suponer, actos vandálicos y violentos no han tardado en aparecer.

El principal reclamo de los manifestantes ha sido el de la subida del precio del petróleo. Algunos candidatos presidenciales, como Yonhy Lescano, han pedido que Osinergmin tome cartas en el asunto y que el presidente de la República “defienda la economía de los peruanos”. Es decir, que el Estado intervenga. Sería bueno que los que quieren estar al mando de la Nación a partir del 28 de julio del 2021 tengan propuestas más efectivas para afrontar lo imprevisto y no echen mano a iniciativas que la demagogia no soluciona.

Mientras tanto, el Gobierno se reunió con dirigentes de los transportistas. En un país cansado de la polarización, los enfrentamientos y las agresiones, no es bueno excluir las posibilidades de los consensos y concertaciones. Al final, esta paralización y sus consecuencias afectan el día a día de los peruanos en plena crisis sanitaria y económica. No solo por la imposibilidad de viajar de una región a otra sino principalmente por el alza de precio de los productos de primera necesidad, algo que sucedió ayer en la capital.