No se puede negar que el gobierno del presidente colombiano Iván Duque tiene enormes retos que cumplir y muchos de ellos pasan por el más importante: lograr la esperada paz para el país, que hasta ahora sigue siendo el mayor anhelo nacional confundido, a veces, con la frustración. En verdad que no será fácil conseguirlo. Duque, primero deberá tener que enfrentar las intenciones de sectores políticos que no lo ven con buenos ojos. El paro nacional que hoy habrá en toda Colombia, promovido dizque por cuestiones laborales, no es casual. Solamente los ingenuos así lo creen. La idea es moverle el piso al joven mandatario con el objetivo de hacerlo caer y, con ello, se muestre ante la comunidad nacional como un jefe de Estado completamente debilitado o lo que es lo mismo, con enormes vulnerabilidades. Si miramos con ojos de lince, notaremos que la coyuntura cafetera viene siendo aprovechada por sectores anarquistas creyéndose amparados por la mal llamada primavera sudamericana, que recuerda al movimiento árabe de 2011 en el Medio Oriente. Duque está en la mira de los revoltosos no solamente colombianos. Los vecinos llaneros buscan a cualquier precio su cabeza. En efecto, los venezolanos adictos a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello hace rato deben haber promovido el contexto para que el paro de hoy sea relevante y creen la idea de que es una consecuencia de los malestares en la región. Las protestas de la fecha no parecen tener un origen causal o espontáneo, sino más bien completamente deliberado. Es verdad que la coyuntura colombiana no es la mejor para Duque, que hace pocos días no tuvo más remedio que aceptar la renuncia de su ministro de Defensa por el ocultamiento de la información sobre la muerte de 8 niños durante una acción contra las disidencias de la FARC. Colombia es quizás el país más sensible de la región. Fueron más de 53 años de guerra interna que tuvo que soportar el país para ver el asomo real de la paz. Duque sabe que para lograr la pacificación del país debería invertir en una estrategia integral que pase por desarrollar un trabajo de inteligencia sobre seguridad y defensa jamás conocido en su historia nacional y hasta de alcance extramuros en coordinación con otros gobiernos democráticos de la región.