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El Perú, que había sido elegido en junio de 2017 miembro del Consejo Seguridad, hoy asume su asiento en ese importante órgano de la ONU. La noticia debemos administrarla con equilibrio, pero sobre todo con la verdad, pues no se trata de ningún éxito de nuestra diplomacia para conseguir esa membresía, ya que ni siquiera hemos realizado esfuerzo alguno para conseguirla. Lo voy a explicar.

Todos los países miembros de la ONU tienen derecho a ocupar cargos en el seno del foro y para no colisionar y evitar pugnas, los Estados no se hacen problemas y muy bien organizados se aseguran de que todos puedan ocuparlos en forma alternada. Junto a Perú, ingresaron ayer al CS: Guinea Ecuatorial, Costa de Marfil, Kuwait, Polonia y los Países Bajos; y salieron Uruguay, Egipto, Senegal, Ucrania, Japón e Italia. Puras rotaciones. Eso es exactamente lo que ha pasado con nuestro ingreso en el CS. La elección peruana, como miembro no permanente del Consejo -son diez-, corresponde a la cuota de América Latina como bloque geográfico. Los permanentes son cinco: EE.UU., China, Rusia, Reino Unido y Francia. El respeto de las cuotas para los Estados es sacramental y a ningún Estado en su sano juicio se le ocurriría querer doblegar una pétrea tradición diplomática de la ONU. Por esa razón, solo debimos esperar el tiempo de nuestro turno. Debe quedar claro, entonces, que no supuso ninguna negociación previa que pudiera advertir ponerla en riesgo.

En la ONU imperan reglas consuetudinarias que están forjadas en la práctica, por lo que no existe norma que las regule. Hemos sido parte del CS en los bienios 1955-1956, 1973-1974, 1984-1985 y 2006-2007. Ahora lo integraremos hasta el 2019. Recordemos que el CS tiene por misión principal el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y, para cumplir este cometido, puede emitir recomendaciones y, en caso de que los Estados pongan en riesgo la seguridad planetaria, adoptar desde embargos o sanciones económicas hasta el uso de la fuerza. Su poder, entonces, es estratégico, por lo que convendría conocer las líneas de la acción externa peruana en el marco multilateral.