GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Se me vienen a la mente cientos de mujeres trabajadoras. Todas honestas y perseverantes, dedicadas con fuerza e ilusión a llevar comida y esperanza a sus casas. Lo hacen desde sus puestos del mercado, la esquina donde ubican su carrito sanguchero o el local donde venden sus productos. En forma silenciosa logran que la vida de sus familias y las de sus clientes sean un poco mejor.

Pienso en las que con valor se hacen un espacio en política, que desde distintas tiendas dialogan sin traicionar sus ideales y principios. Se me ocurren también las que han logrado reconocimiento público reciente, gracias a su propio esfuerzo y resultados alcanzados. Un ejemplo es Mariana Costa que, desde su emprendimiento Laboratoria, busca formar talento femenino en el sector digital y que hace poco impresionó a Barack Obama y Mark Zuckerberg durante un encuentro en EE.UU. Pienso en Azucena Gutiérrez que, con 33 años, es el corazón detrás de una de las cadenas de juguerías más grande del país y trabaja directamente con 300 familias de Sierra Exportadora. También pienso en Teresa Bullón, que se ha trazado la tarea titánica de crear 1000 bibliotecas en igual número de colegios. Hay muchas más que injustamente no han tenido la publicidad que merecen, pero ahí están, trabajando por un mejor país.

Se me vienen a la mente varios nombres más. Mujeres con las que podemos compartir miradas del mundo o no, pero que inspiran, luchan contra las dificultades que tienen en frente y están labrando el futuro de nuestro país. Si estuviésemos más atentos a todas ellas, de seguro sería más fácil romper con la cultura machista que ronda nuestras calles, dicta la agenda de algunos líderes de opinión y hace tanto daño a nuestra sociedad. No debería ser tan difícil.

TAGS RELACIONADOS