Uno de los grandes problemas de la izquierda ha sido su proclividad, algunos dirían su empecinamiento, en pretender administrar la riqueza existente, coaccionarla, regalarla, limitarla, dotarla de impuestos, distribuirla y hasta confiscarla. Por ende, otra de las grandes taras de la izquierda no solo peruana, sino mundial, es su tenaz incapacidad por presentar propuestas atractivas para atraer capitales, movilizar la economía y generar riqueza y trabajo.

Es por eso que el plan de gobierno de Verónika Mendoza (JPP) plantea para los tres primeros meses un despilfarro descomunal y peligroso que consiste en liberar un fondo de garantía de 30 mil millones de soles para dar crédito barato a las Mypes y a los agricultores porque (Verónika Dixit) “son las que más chamba generan”.

Además, propone entregar dos bonos universales nacionales, de 600 soles cada uno, en agosto y setiembre, todo por un total de 15 mil millones de soles. También tiene previsto un plan de empleo masivo temporal con una inyección de 2 mil millones de soles y, como cereza en el pastel, invertir 15 mil millones de soles adicionales al presupuesto de este año para cerrar algunas de las brechas de infraestructura y saneamiento que tiene el país y, a su vez, generar empleo de origen estatal.

Las previsiones de los generosos estadistas de JPP es tomar unos 72 mil millones de soles de las reservas nacionales -que ellos no han generado- para dizque reactivar la economía a base de préstamos, ayudas y generosos subsidios. Un plan que bien podría llevar a emergencia o a UCI a don Julio Velarde.

Es el viejo y apetecido plan marxista de tomar las joyas de la abuelita para venderlas o empeñarlas y darse la vida de farra que el pueblo se merece hasta que no te quede nada, no tengas de dónde sacar ni un cobre y termines, como la Argentina de los Kirchner, endeudándote hasta la quinta generación y siendo amenazado cada cierto tiempo por el FMI ante la constante vergüenza internacional de caer en default. ¿Y ese es su maravilloso plan para generar empleo, señora Mendoza? ¿Y cómo se crea la riqueza y no solo se piensa en imponerle un impuesto? ¿Cómo se atrae a la inversión? ¿Sabrán Francke, Dancourt y Campodónico de eso? Sin duda, no. Por eso el elector no debería votar por una de las opciones más nocivas del actual abanico electoral y cuyo único plan es tomar por asalto el erario público.