La necesaria salida de Vicente Zeballos de la Presidencia del Consejo de Ministros y de varios de sus ministros se ha debido al desgaste y a los magros resultados frente a la pandemia. Las cifras de contagiados y muertos son de espanto, así como las serias deficiencias en muchos sectores vistas por todos los peruanos. Por eso, lo que ahora se necesita es un equipo que trabaje por el país y muestre resultados en materia de salud, economía y seguridad ciudadana.

El presidente Martín Vizcarra ha puesto al frente del nuevo gabinete a Pedro Cateriano, a quien habría que pedirle que se dedique a hacer gestión para afrontar los grandes retos que deja la tragedia que vivimos, antes que a estarse peleando con todo el mundo. Hoy se necesita un gestor y un ejecutivo, antes que un político centrado en el enfrentamiento, algo que al flamante premier le ha servido mucho para mantenerse vigente en la política pese a haber sido funcionario y escudero humalista.

Tenemos cerca de 40 mil muertos por COVID-19 y una economía por los suelos que tendrá que comenzar a recuperarse precisamente en la gestión de premier Cateriano. Sin embargo, si el jefe de gabinete insiste con sus letanías y en estar pendientes de enemigos que además han sido reducidos a su mínima expresión en las urnas, iremos por un mal camino, salvo que el presidente Vizcarra lo haya puesto precisamente para que sea su escudero, ahora que le llueven las denuncias.

Este gabinete tiene que ser el de la reconstrucción, y no el del pleito ni el del blindaje a los que han obrado mal, así se trate de propio presidente. Sería irresponsable dar prioridad a la baja política y las acciones a favor de las encuestas, antes que levantar al Perú del desastre que nos dejará esta epidemia, contra la que el anterior gabinete ha fracasado, y no porque lo digan los apristas o los fujimoristas. Las duras cifras son más que objetivas.

El presidente Vizcarra y su premier tienen una gran responsabilidad con el país. Esa gente que jamás cobró un bono, no posee trabajo y tiene a un hijo o un padre necesitando oxígeno para no morir, merece ver mejoradas sus condiciones de vida a través de una buena gestión de gobierno. El show de los políticos, la pose y los gestos para las tribunas deben quedar para otro momento, no ahora que vivimos una tragedia y el duelo es profundo.