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Es una muy buena señal que el presidente Martín Vizcarra haya tenido ayer una reunión de trabajo con gobernadores y alcaldes electos de todo el Perú, pues es urgente que el gobierno central trabaje de la mano con las autoridades locales, que en muchos casos cuentan con millonarios presupuestos que no están en condiciones de gastar en favor de los habitantes de sus jurisdicciones, donde hay necesidad de atender carencias hasta de servicios básicos.

En ese sentido, también ha sido muy importante la presencia en la reunión del contralor Nelson Shack, quien debería agudizar un trabajo preventivo en gobiernos regionales y municipalidades a fin de impedir que se cometan corruptelas en agravio del Estado y de los ciudadanos, quienes son los que finalmente pagan los platos rotos cuando los fondos públicos van a parar a otro lado.

Reuniones de este tipo deben llevar a que nunca más un gobernador o alcalde tenga que rogar para que los ministros o demás funcionarios del Poder Ejecutivo los reciban en sus oficinas de Lima -si es que los reciben- a fin de exponer y gestionar proyectos para sus jurisdicciones. Esta pésima costumbre debe quedar de lado, y más aún si el presidente Vizcarra ha sido autoridad regional en Moquegua.

Jamás podrá haber desarrollo y lucha contra la pobreza en todo el país si no se impulsa el trabajo de los gobernadores regionales y los alcaldes, quienes deben actuar de la mano con un Poder Ejecutivo que ya tendría que estar muy consciente de la necesidad de tener una verdadera descentralización que alcance a todos los peruanos.