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“Por primera vez en mi vida voy a ver la televisión y entenderla”, dijo una señora quechuahablante en Huancavelica cuando un reportero de TV Perú le preguntó su opinión sobre el lanzamiento de Ñuqanchik (“Nosotros”), el noticiero en quechua que el canal estatal estrenó hace unos días y que también se emite por Radio Nacional del Perú. Palabras sencillas, sin premeditación alguna, sobre todo sinceras, que nos acercan a una realidad latente en nuestro país: la discriminación por idioma en una nación plurilingüe y que por primera vez es atendida como se merece. Hugo Coya, presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú, tomó el reto, dio el primer paso y se puso manos a la obra. No fue una tarea fácil, realmente nada lo es cuando asumes un proyecto que va contra la corriente, pero ya está, se hizo y podría marcar tendencia en contenidos televisivos. ¿Pero por qué es importante la aparición de Ñuqanchik? ¿Cuál es la razón por la que ha marcado tendencia? Pues que no es un noticiero “traducido”, no es el típico informativo cuyos contenidos se elaboran desde la capital con una visión sesgada, urbana y se transmite tal cual, pero en quechua. Lo importante de esta propuesta es que está producida especialmente para esos millones de quechuahablantes que tienen su propia visión, su forma de ver el mundo. Allí radica la importancia de este gran esfuerzo televisivo, que por fin deja de mirar por encima del hombro a nuestro idioma nativo, que durante años ha sido señalado con el estigma del prejuicio. Por eso también la elección de los conductores fue importante: debían ser quechuahablantes. Y la responsabilidad recayó en Clodomiro Landeo y Marisol Mena, y los reporteros que transmiten desde el interior del país también tenían que reunir los mismos requisitos y además hacer suyos los mensajes que compartirían con sus hermanos en todo el Perú. Nada se dejó al azar, y el resultado ha merecido no solo el reconocimiento de autoridades y especialistas a nivel local; también este esfuerzo ha sido reseñado por los principales medios extranjeros. “¿Te gustaría que otros canales te siguieran los pasos?”, preguntamos a Coya. “Absolutamente. Espero sinceramente que sea el primer paso para que otros medios de comunicación hagan lo mismo. Un tercio de la población que habla quechua no está siendo debidamente atendida; no conoce la noticia que pasa en su mundo”, responde. Hay mucho por hacer entonces.