El rechazo a Maduro

Ha sido bueno conocer a través del canciller Néstor Popolizio que, por disposición del presidente Martín Vizcarra, la postura del Perú ante la dictadura de Nicolás Maduro sigue firme con miras a la Cumbre de las Américas; por lo que se mantiene para dicho personaje la “no invitación” al encuentro, pese a que se mostró feliz y burlón ante la renuncia a la Presidencia de Pedro Pablo Kuczynski, quizá creyendo que el nuevo gobierno le pondría la alfombra roja al bajar del avión.

Es positivo que la política de rechazo a los excesos y abusos de la dictadura chavista, que instauró la administración del expresidente Kuczynski con el excanciller Ricardo Luna y que continuó con Cayetana Aljovín, siga en pie, pues así el Perú mantiene su posición de liderazgo regional al lado de países que no pueden hacerse de la vista gorda ante el drama de millones de venezolanos, algunos de los cuales vemos a diario en nuestras calles.

Hubiera sido un gran error de la nueva administración del presidente Vizcarra ablandar el trato hacia el régimen de Caracas, y en especial a Maduro, ya que de por medio están la dictadura corrupta y empobrecedora que encabeza y los agravios públicos que lanzó al expresidente Kuczynski, quien en su momento personificaba a la Nación y a todos los peruanos, así piensen lo contrario aquellos que de manera alucinante siguen creyendo en el “socialismo del siglo XXI”.

Y mientras eso ocurre con la línea oficial del Gobierno del Perú, habrá que estar muy atentos a la postura de la izquierda representada en el Congreso, esa que cuenta con personajes que incluso son capaces de salir públicamente a pedir la libertad de Abimael Guzmán, como ha sido el caso del legislador del Frente Amplio Rogelio Tucto. Si es posible que ello ocurra, no sería raro que algunos sueñen con cargar en hombros a Maduro, si es que logra venir.

La “no invitación” a Maduro y la insistencia de este personaje en llegar a un país al cual no ha sido invitado, por más que se trate de una reunión multilateral, van a servir durante los próximos días para que los peruanos veamos quiénes están a favor de la democracia, las libertades y el respeto a los derechos humanos, y quiénes, de otro lado, son aquellos que sacan cara por un dictador al que suelen pasar por agua tibia, quizá porque es “de izquierda”.