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La justicia debe actuar sin pérdida de tiempo y con total energía contra todos aquellos malos ciudadanos que agreden y tratan de pasar por encima de la autoridad del Estado representada por los policías, agentes municipales, inspectores y demás servidores públicos que todos los días vemos en las calles haciendo su trabajo.

Un caso emblemático es el de Yosbel Ramos Cabrera, quien hace pocos días agredió a agentes de la Municipalidad de San Isidro que le hicieron saber, en cumplimiento de su labor, que había estacionado mal su vehículo. Situaciones como estas, en las que se maltrata verbalmente y hasta se agrede físicamente a quienes representan a la autoridad, no pueden quedar impunes.

Acá el Ministerio Público y el Poder Judicial, en su momento, tienen que actuar de manera sumaria y de forma muy enérgica, del mismo modo en que deben hacerlo frente a situaciones similares en que choferes con vocación criminal atropellan a inspectores ediles o agarran a golpes a policías.

Esto, en cualquier país civilizado, no se puede permitir bajo ninguna circunstancia.

Tenemos un sistema judicial corrupto y lento, pero hay situaciones que no se pueden dejar pasar.

La agresión a la autoridad representada por los servidores en las calles debería ser prioridad de jueces y fiscales, pues de aplicarse sanciones que sirvan de ejemplo, quizá podríamos ver disminuidos estos casos, que no hacen más que mostrar un desconocimiento total a la autoridad del Estado, lo cual es muy grave.