GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

El reto de la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, no solo es despercudir la institución, manchada por su antecesor, Pedro Chávarry, sino defenderla de la supuesta organización criminal que estaría operando allí.

Lo manifestado por el fiscal superior Rafael Vela, acerca de la banda criminal que manejaría los hilos del Ministerio Público, es un hecho grave que no puede ser desatendido. El sospechar que la entidad que resguarda el interés del Estado está en manos oscuras genera una desprotección ciudadana.

Por eso la declaratoria de emergencia de la institución, como primera medida de la fiscal de la Nación, es una decisión acertada por el propio interés de limpiar la casa, pero también servirá para desterrar ese monstruo que todavía tiene poder de injerencia y control.

“Dispongo declarar en emergencia al Ministerio Público con la finalidad de recuperar la confianza de la ciudadanía en la institución”, anunció la nueva fiscal de la Nación, para luego darle su respaldo al Equipo Especial del caso “Lava Jato”.

Hace bien la magistrada en darle un espaldarazo al equipo que precisamente combatió a su antecesor desde su tribuna, respaldado por la ciudadanía. Eso demuestra un distanciamiento de quien encarnaba la antítesis de una entidad que debería haberse mantenido impermeable a los cuestionamientos.

Zoraida Ávalos estará al frente del Ministerio Público hasta que la Junta Nacional de Justicia inicie sus funciones. Un tiempo suficiente para enmendar los errores e iniciar la recuperación moral de una institución que merece el reconocimiento de la ciudadanía.