GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

De acuerdo con la corporación Latinobarómetro, que cada año mide la percepción ciudadana, la democracia churchilliana (concepto bajo el cual la democracia es el sistema “menos malo”), aun con su tendencia a la baja desde 2013, es el mejor sistema de gobierno para los latinoamericanos (65%). A su vez, el Parlamento, la institución central de la democracia, la más representativa de todas las voces, la que mejor refleja la pluralidad cultural, es al mismo tiempo -a la luz de ciertas encuestadoras nacionales- la institución más desprestigiada. ¿A qué se debe este fenómeno?

El Poder Legislativo es mal evaluado en casi todos los países de América Latina, desde hace varios años. Valga recalcar asimismo que la desaprobación no es exclusiva de este poder del Estado, sino que el descontento viene a ser, en general, hacia la clase política que ostenta el poder.

Coincidimos con la organización internacional Unión Interparlamentaria en que todo Parlamento debe contar con ciertas características: representativo, transparente, accesible, responsable de sus actos y eficaz. Sin duda, la tecnología y la modernización han contribuido a que, en mayor medida, estas características sean más palpables; aunque este compromiso es un reto continuo.

Es preciso, asimismo, puntualizar el importante rol que juega la prensa en este asunto, en el sentido de que la información que comúnmente transmite se enfoca férreamente en las discrepancias entre Ejecutivo y Legislativo, antes que en las labores en sí del Parlamento. Este hecho contribuye seriamente al desgaste de la institución. Por lo que se hace imprescindible, en democracia, seguir bregando por un periodismo responsable y objetivo.

Es inevitable que entre los actores políticos o de influencia, como el Gobierno, el Congreso, la ciudadanía, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil, existan diversas corrientes de opinión e interés. No obstante, debemos ser capaces de enfocarnos en la agenda en que coincidimos todos: seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción, democratización de la política, mejores oportunidades laborales, disminución de la tasa de pobreza, entre otros; que, además, son temas situados como prioridades, según los índices regionales de percepción ciudadana.