Edward Burne-Jones, artista británico perteneciente a la escuela prerrafaelista, fallecido el 17 de junio de 1898, dejó para la posteridad una cantidad considerable de obras artísticas de temáticas diversas. En esta ocasión, nos detendremos en la pintura “El rey Cophetua y la doncella mendiga” (1884). Burne-Jones se inspiró en una antigua balada inglesa del siglo XVI, que narra la historia de un rey africano conocido por su trato indiferente y su nula inclinación hacia las mujeres.
El rey Cophetua, dedicado especialmente a la administración de su reinado y la organización territorial, fue víctima de un episodio violento: ¡Como si de un movimiento telúrico se tratara, el rey africano fue sacudido hasta los cimientos! Al ver a la preciosa doncella Penelophon, el equilibrado y discreto rey, “vio aparecer al amor envuelto en llamas y todo entero se encendió”. Como consecuencia de un encandilamiento irresistible, el rey africano declara su amor a la mendiga, le propone contraer nupcias y la sencilla mujer, sin mostrarse dubitativa, acepta la propuesta matrimonial.
En la pintura de Burne-Jones, vemos al rey como un caballero medieval, contemplando la belleza de Penelophon, y rendido ante los pies de su amada. Ella en cambio, con mirada serena y vestida con sencillez, espera la propuesta del rey. Mencioné que el pintor inglés se inspiró en una antigua balada inglesa. Conviene mencionar su segunda fuente de inspiración, me refiero al poema La doncella mendiga (1842) del inglés Alfred Tennyson. Dice el poeta: “Puso sus brazos sobre el pecho; era más encantadora de lo que las palabras pueden describir. Con los pies descalzos llegó la mendiga ante el rey Cophetua”.