La revelación de la congresista Leslye Lazo, sobre su resultado positivo en la prueba de coronavirus, ha puesto sobre el tapete nuevamente la necesidad del Legislativo de realizar sesiones virtuales. Si bien es cierto, la parlamentaria no estuvo presente en el Pleno del último viernes y pidió licencia hace algunos días, la naturaleza de todo político es estar junto a la población. Muchos, como ella, han tenido en los últimos tiempos una relación cercana con la gente, tanto para entregar donaciones o simplemente coordinando con representantes de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

Contra muchos pronósticos, el Congreso ha realizado sesiones presenciales. En algunos casos, más pudo el afán de protagonismo que la prudencia. Esperemos que luego de este caso de una colega, los parlamentarios no insistan más con estos plenos. Ya sabemos que su auditario natural es el Hemiciclo, pero en estas circunstancias hay que adoptar medidas diferentes y por qué no, inéditas.

Creemos que llegó el tiempo que las reuniones sean virtuales, a través de alguna plataforma que no exija la presencia en el histórico escenario de la Plaza Bolívar. Ya la peculiar defensa que había para realizar los plenos debe dar paso a medidas ponderadas por estos tiempos de emergencia nacional.