En octubre de 2012 entrevisté en Cochabamba, Bolivia, al empresario de ese país Samuel Doria Medina, quien había sido invitado a un evento académico con periodistas que trabajábamos en zonas de violencia (yo era director de Correo La Libertad) para narrar su experiencia como víctima de un cruel secuestro perpetrado a fines de 1995 en La Paz por la banda terrorista MRTA, que lo llevó a estar 45 días en una de esas infames mazmorras llamadas “cárceles del pueblo”.
La familia del empresario tuvo que pagar un millón 400 mil dólares que, luego se supo, servirían para financiar la toma del Congreso peruano por parte del MRTA, acción que finalmente fue desbaratada por la Dirección contra el Terrorismo de la Policía Nacional al allanar una casa en La Molina y detener a varios emerretistas, entre ellos Miguel Rincón Rincón y la estadounidense Lori Berenson. Como este plan abortó, al año siguiente la banda tomó la casa del embajador de Japón.
Doria Medina me contó el drama que pasó bajo el cautiverio del MRTA. Constantemente era amenazado de muerte por estos salvajes y alimentado con arroz recalentado y un huevo frito. Salió pesando 20 kilos menos. Cuando hablé con este empresario tras 17 años del rapto, me dijo que desde ese suceso su vida nunca más fue la misma. Uno de los que participó en este cruel secuestro, según la policía boliviana, fue el emerretista peruano Martín Serna Ponce.
Bueno, esta semana que termina, hemos conocido a través de Willax que el congresista Guillermo Bermejo se reunió en México con Serna Ponce. Sucedió en momentos en que el legislador aliado del presidente Pedro Castillo se encuentra bajo investigación del Ministerio Público por el delito de terrorismo. El fiscal pidió al Poder Judicial que ordene prisión preventiva en su contra por haber violado las normas de conducta, pero la solicitud fue rechazada.
Bermejo no se cansan de alegar inocencia y de hacerse la víctima del “terruqueo”, pero allí lo tienen, viajando a México para reunirse con un feroz emerretista que ha pasado buen tiempo tras las rejas. El sujeto no puede pisar suelo peruano porque sería detenido de inmediato por las cuentas que tiene pendientes con la justicia. ¿Qué más evidencias necesitaban de los nexos de este “padre de la patria” con terroristas de alto vuelo?