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Ayer se celebró el Día del Trabajo en el Perú y en el mundo. En el centro del país hubo celebraciones, aunque las cifras quisieron malograr la fiesta. ¿A qué nos referimos? A que una amplia mayoría de peruanos trabaja de manera informal en regiones como Junín, Huancavelica y Ayacucho.

Por ejemplo, en Junín, el 60.2% de los 699 mil 700 trabajadores son informales. En Ayacucho, la situación es más complicada, ya que un 92% de micro y pequeñas empresas no completan sus registros formales. En Huancavelica, el panorama no es diferente. Según autoridades de la Dirección de Trabajo, hay un 91% de trabajadores en situación de informalidad. Es decir, la mayoría de personas en el centro del país no tiene beneficios laborales.

En Junín, los rubros ocupacionales con más trabajadores son los de agricultores, ganaderos, vendedores, comerciantes, artesanos y taxistas. El problema es que no se formalizan. Según el Observatorio Económico Laboral, de los formales en esta región, el 44.7% son empleados adecuadamente y el 53.1% son subempleados, teniendo en cuenta que un 2.1% está desempleado.

Esta cruda realidad golpea principalmente a los jóvenes. Por ejemplo, en Huancavelica, 13 mil 100 personas entre 15 y 29 años no trabajan ni estudian. En tanto, 14 mil 200 están ocupadas inadecuadamente.

El Gobierno y el Congreso poco hacen para concretar una reforma laboral. En lugar de atacar los problemas del día a día de los peruanos, se dedican a una lucha política despiadada en la que queda de lado cualquier solución sobre la problemática de los trabajadores. No solo en estas fechas nos debemos acordar de la fuerza que mueve al país.