Héctor Becerril muestra una tendencia patológica a proferir pullas al presidente Pedro Pablo Kuczynski. Quizá esté pensando que, en el gobierno que se le escapó a Fuerza Popular por 40 mil votos, él hubiese sido para Keiko lo que Daniel Urresti fue para Ollanta y Nadine. Digo.

Lo cierto es que, por más endeble que sea la gestión de PPK, el congresista fujimorista no puede ser tan suelto de lengua con el Mandatario, porque este personifica al país por decisión, precisamente, del pueblo (y la voz del pueblo es la voz de Dios, como dice el lugar común).

“Tenemos un presidente no solamente ausente físicamente; tenemos también un presidente ausente mentalmente”, es el último de sus comentarios faltosos a propósito del debate sobre el viaje del jefe de Estado. Mismo Mayweather, ahí estuvo el oficialista Alberto de Belaunde para golpear con que Keiko pidió 500 días de licencia cuando era congresista.

Fuerza Popular tiene como vocero autorizado a Daniel Salaverry, quien se maneja con el mismo tono furibundo de Luis Galarreta, hoy presidente del Parlamento; no obstante, quien acentúa la crítica a diario y llama al escándalo desde el Hall de los Pasos Perdidos (o desde el Twitter) es Becerril.

Nos imaginamos que Salaverry responde a las indicaciones de la bancada “naranja” y, sobre todo, de su lideresa, pero lo que falta saber es si ocurre lo mismo con el representante de la región Lambayeque (aunque nació en Trujillo y también fue congresista por Amazonas), que incluso osa desautorizar cualquier cosa que hace o dice Kenji Fujimori. A veces da la impresión de ser el muñeco de ventrílocuo de alguien.