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Para entender la elección del domingo, hay que asociar el voto cual contrato para la administración de nuestra casa. Las opciones son la señora Fujimori y el señor Kuczynski, no hay más. Se debe firmar el contrato, no dejarlo en blanco ni garabatearlo; se necesita un gerente para nosotros, nuestros hijos, padres, sobrinos y nietos.

Una opción es la señora Fujimori, hija de un viejo jefe que mejoró la economía y la vieja casa de escombros y hambre de ayer; pero que corrompió, robó, persiguió y se le condenó por matar inocentes. Ella dijo que no haría lo que hizo su padre, pero no fue así. Su campaña se pagó con plata que se sospecha del lavado y el narcotráfico. Defendió a su benefactor, el señor Ramírez, hasta el final, pese a su inexplicable y ostentoso patrimonio. El papá defendía así a Montesinos. Fue tal el blindaje a Ramírez que su otro colaborador, el señor Chlimper, acabó envuelto en la manipulación de un audio que salió en TV. Patrañas así tramó el padre de la señora al administrar la casa con tal de seguir mandando en ella.

La otra opción es el señor Kuczynski. Un gerente que ordenó antes nuestros presupuestos, con habilidad y honestidad. Su hoja de vida dice que sus decisiones trajeron buenos resultados a la familia, a diferencia de la señora que hizo su experiencia junto al que amañó las reglas de convivencia sin arrepentirse.

Hay que elegir al gerente. Sobre la señora hay dudas, tras asociarse a alguien con vínculos con el narcotráfico. Asaltan la casa a cada rato, y esos criminales existen por la droga. Creo que nuestro próximo gerente debe ser el señor Kuczynski.