El Parlamento Andino es una institución que no ha calado en la conciencia del país y no lo hará, además, porque los propios gobernantes descreen de su utilidad y no lo toman en cuenta como una instancia de decisión real, donde se presente a sus países integrantes como bloque.

La integración con componentes políticos tiene sentido a partir de valores y visiones compartidas. Lo demás, cuando solo se piensa en intereses económicos coyunturales o transitorios de los países, puede tramitarse por acuerdos concretos, puede plasmarse incluso en la conformación de tribunales arbitrales de solución de conflictos, pero no se compromete al pueblo en su propia vena.

En Europa hay Unión porque la democracia, la defensa de los derechos humanos y la convicción profunda (luego de dos guerras atroces) de que por la paz es como se logra el bienestar son la base sobre la que se ha afianzado.

Pero en Sudamérica no se ha realizado nada de esa integración. Perú y Colombia no tienen nada que ver con el proyecto de la Venezuela de Chávez y Maduro. No se puede hablar de integración real.

Podría ser un anhelo, pero de allí a que se pretenda impulsar desde la nada una entidad política me parece impropio.

Por eso, planteo que los integrantes de ese cuerpo sean elegidos por el propio Parlamento de entre sus miembros. De esta forma, no solo se aminora el gasto de nuestra participación -que no sería importante si hubiese algo relevante que hacer-, sino que se nos facilitará el proceso electoral que se avecina.

Luego esperemos resultados y veamos si de verdad se avanza en la idea de una comunidad. No insistamos con castillos en el aire. 

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