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San Bartolo, San Juan de Lurigancho, Villa María, Santa Rosa, La Victoria y Punta Negra son algunos distritos de Lima que se quedaron sin alcaldes. Situación similar se presenta en localidades del interior del país, como también en ciertos gobiernos regionales donde aquellas personas que ocuparon estos cargos, y quienes estarán hasta el próximo 31 de diciembre, enfrentan problemas con la justicia.

El indicador común de todos estos casos es: detenidos por estar vinculados a actos de corrupción o, mejor dicho, liderar y ser parte de organizaciones criminales dedicadas a delinquir con recursos públicos para beneficio propio.

El alto número de autoridades implicadas con actos de corrupción no sorprende, pues lamentablemente en el territorio nacional se instituyó la frase popular: “Que haga obra, no importa que robe”.

Esta modalidad de corrupción se hizo tan frecuente en diferentes gestiones de autoridades elegidas mediante voto directo por los pobladores, quienes nuevamente mañana domingo concurrirán a las urnas para escoger a sus representantes del periodo 2019-2022.

Antes eran contados los gobernantes que terminaban tras las rejas, eso por la nefasta corrupción imperante en el sistema judicial del país, el mismo que enfrenta hoy una de las peores crisis institucionales.

Ante tremenda situación, es importante que a pocas horas de las elecciones municipales y regionales, los ciudadanos cumplan con un voto responsable y serio, apoyando a la mejor alternativa.

Basta de tantos corruptos que acaban en prisión.

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