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Irónico que el presidente Martín Vizcarra, quien ganó popularidad promoviendo reformas a fin de modificar el modo de elegir a nuestras autoridades a partir del 2021 para así, supuestamente, evitar la baja política y enfrentamientos como los vistos desde el 2016, en que elegimos a un presidente sin respaldo en el Congreso y una mayoría que quiso gobernar por su cuenta, nos esté arrojando ahora a un proceso electoral de último momento en el que cualquier cosa puede pasar.

Lo señalo porque, según la propuesta del jefe de Estado, en tres meses más, sin que entren en vigencia muchas de las tan mentadas reformas, debemos estar iniciando ya una campaña electoral para elegir al próximo presidente y a un nuevo Congreso, y habría que ver qué calidad de candidatos y qué agrupaciones políticas vamos a tener en el partidor en la disputa por regir los destinos del Perú entre el 2020 y el 2025.

Si toda la vida hemos padecido improvisación en nuestros procesos electorales, que se ha traducido en alianzas efímeras y hasta contra natura que nos han llevado a tener mandatarios como Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, cuyas bancadas parlamentarias se rompían con el paso de los meses, pensemos en lo que vamos a tener ahora, en que muchos aspirantes presidenciales y al Congreso no tienen ni partido y deberán buscar un “vientre de alquiler”.

En otras palabras, es muy probable que veamos a los rivales políticos de siempre dándose abrazos ante las cámaras solo para salir elegidos, sin importar que después se estén sacando los ojos; o que otros, los que cuentan hoy con partidos inscritos, estén poniendo precio a los candidatos que quieran ser admitidos en la plancha presidencial o en la lista de postulantes al Congreso por su agrupación de fachada.

Si hoy tenemos un Congreso patético gracias a listas de candidatos formadas en base a la plata, el oportunismo y la improvisación para los comicios del 2016, y un presidente sin bancada y con una vicepresidenta que no confía en él, sin duda la manera en que se armarían las postulaciones para el 2020 nos podría llevar a un escenario peor. ¿Y quién responderá por esto? ¿A quién culparemos cuando tengamos a nuevos Humalas, Toledos, Becerriles y Lescanos al mando del Perú?