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Las elecciones regionales y municipales del pasado domingo 7 de octubre ratifican algunas tendencias en la población. Los partidos políticos llamados tradicionales no levantan cabeza; en cambio, los movimientos regionales y/o independientes mantienen fuerte presencia política electoral. 

El gran derrotado es Fuerza Popular: no obtiene ninguna gobernación regional ni municipalidad provincial importante. Es el precio que paga por defender la corrupción y el autoritarismo.

El sur andino se diferencia del norte del país. En Cusco, Huancavelica, Moquegua, Puno y Junín, los gobernadores regionales electos expresan reivindicaciones populares; Zenón Cuevas, Aduviri y Cerrón expresan la insatisfacción de los pueblos, al ser históricamente ignorados por el Estado así como por los partidos y políticos tradicionales. El norte sigue girando a posiciones conservadoras, mientras el sur mantiene y profundiza su reclamo por un cambio real de gobierno y de vida.

En Puno gana Aduviri (43.5%), mostrando el avance sistemático de sectores campesinos en ser gobierno, municipal, congreso y hoy desde el ejecutivo regional. Los desafíos son enormes. Las gestiones anteriores, de Jiménez a Luque, fracasaron rotundamente.

Nos interesa por el desarrollo regional que su gestión cumpla lo ofrecido, la corrupción sea combatida y avancemos en generar oportunidades para todos y todas. Asimismo, prevenir las heladas; no solo distribuir frazadas y pacas de heno, sino generar condiciones adecuadas de empleo, sentando las bases de un desarrollo sostenible en el largo plazo. Aduviri enfrenta el reto de lograr una gestión eficiente, sin corrupción, superior a la de sus predecesores.

Sin ningún oportunismo, deseamos que sea un avance hacia un mejor país y una mejor región para todos.