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El expresidente de Bolivia Evo Morales Ayma ya se encuentra en los Estados Unidos Mexicanos, país que decidió concederle asilo político territorial luego de que el propio Morales expresara ante el Gobierno azteca dicho pedido. Conviene precisar que no se trata de asilo diplomático, porque Morales en ningún momento ingresó a la Embajada de México en La Paz. Del mismo modo, es muy importante no perder de vista que el asilo es un derecho de México y que tiene el carácter de inoponible. Es decir, no existía ninguna posibilidad para que las autoridades bolivianas -las surgidas durante la nueva coyuntura del país altiplánico- se hubieran opuesto; debido a que sencillamente corresponde a la plena soberanía del Estado asilante (México). Ello es un pétreo legado de los propios Estados por su inmanente naturaleza soberana emanada de la histórica Paz de Westfalia de 1648, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años en Europa. Ahora bien, aunque en el pasado en la historia de América Latina hubo Gobiernos que negaron el salvoconducto -pieza documental que permite salir del territorio sin temor a ser detenido- a quienes contaron con el asilo concedido por terceros países, Bolivia se ha pegado al cumplimiento de la Convención de Caracas sobre Asilo de 1954, la cual establece que el Estado territorial (Bolivia) -el que lo extiende- “deberá entregarlo apenas concedido el asilo político” (artículo 9 de la referida Convención), lo que finalmente ha sucedido. La seguridad de la vida de Evo Morales -el asilo, que no requiere sustentaciones, ha sido concedido argumentando razones humanitarias- está plenamente garantizada en territorio de México, conforme el referido tratado de 1954 y la costumbre internacional. Lo anterior significa que la nación de Benito Juárez, el primer presidente indígena de México (1858-1872) -como Evo lo es de Bolivia (2006-2013)-, velará por su integridad, asumiendo la carga material de la permanencia de Morales todo el tiempo que México lo considere. La tradición política mexicana de otorgar asilo a diversos líderes de la región y del mundo -lo hizo con Víctor Raúl Haya de la Torre- juega a favor de Morales.