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En tiempos en que el país exige paz, reflexión y armonía, los congresistas siguen desbordados por el activismo, las disputas y las discusiones. El presidente del Legislativo, Daniel Salaverry, ha dicho que no acepta amenazas ni documentos intimidatorios, en un claro mensaje a su colega Rosa Bartra, quien le envió un oficio advirtiéndole que podría estar cometiendo una infracción constitucional al autorizar la creación de nuevas bancadas parlamentarias.

Es evidente que Fuerza Popular sigue luchando por mantener su supremacía en el Congreso. Ante el distanciamiento de Daniel Salaverry de la mayoría congresal, los líderes del fujimorismo quieren dar un golpe de autoridad para que no haya mayores cambios en la configuración del Legislativo, pues corren el riesgo de que su grupo siga disminuyendo.

El titular del Parlamento ha mostrado un talante reflexivo, más aferrado a la idea de recomponer la imagen de su institución y olvidar la coyuntura en la que su partido solo creía en la acumulación de votos para cumplir con determinados intereses políticos.

En medio de este panorama, el presidente de la República, Martín Vizcarra, señaló que “cuando se trata del desarrollo del Perú, cuando se trata de atender las necesidades, tenemos que dejar de lado los colores políticos”.

Se vienen dos años decisivos antes de celebrar el Bicentenario de nuestra Independencia. Esperemos que los buenos deseos de unidad e integración de la clase política se concreten. Ya están de más los políticos con demasiado arsenal, más preocupados en construir barricadas y bombardear el futuro.