Las nóminas de candidatos al Congreso para las elecciones de enero próximo van quedando listas tras los comicios internos del domingo último, y sería muy positivo que en los próximos meses los peruanos nos demos un tiempo para evaluar el “menú” que nos ofrecen las agrupaciones políticas, pues ya hemos tenido suficientes fiascos como para elegir de manera irresponsable como en el pasado.
Lo primero que deberíamos mirar es en qué clase de agrupaciones postulan los personajes que han salido a pedir nuestro voto para ser nuestros representantes. Nunca olvidemos quiénes están detrás de cada partido en calidad de líderes, qué clase de pasado han tenido o qué tipo de ciudadanos integran dichas listas. Ya se han visto varias sorpresas.
Ningún personaje que se muestre como limpio, honesto, desinteresado y con real vocación de servicio al país puede ir en una agrupación encabezada o integrada por elementos cuestionados a nivel judicial o ético. Ya no estamos como para andar creyendo en deslindes o en frases que sonarían a “somos del mismo partido, pero no sé nada”.
En medio de la situación política que atraviesa el país, no podemos estar eligiendo un Congreso que nos haga extrañar al de los Mamanis, Lescanos, Donayres, Ponces, Saavedras, Becerriles y demás. Tenemos la oportunidad de cambiar las cosas a través de un voto informado y responsable para luego no andar quejándonos.