Es muy grave lo señalado el domingo último por el exministro del Interior, Avelino Guillén, quien dijo que en noviembre pasado ante la realización de una marcha para exigir la vacancia del presidente Pedro Castillo, el Poder Ejecutivo tenía planeado disponer toque de queda e inamovilidad de todos los ciudadanos, tal como se hizo el martes pasado con los resultados que ya todos conocemos.

Lo dicho por el exministro deja en claro que el toque de queda de la semana pasada no fue un hecho aislado y producto de determinada coyuntura, sino que es la forma que el régimen del profesor Castillo ha encontrado para paliar las protestas en su contra, pese a ser totalmente inconstitucional y propio de gobiernos totalitarios como los que tanto gustan a Perú Libre.

Lamentable que el autoproclamado “gobierno del pueblo” se cubra de militares y policías para escudarse del rechazo de la calle ante su ineptitud y sus evidentes vínculos con la corrupción, los cuales alcanzan incluso al entorno familiar más cercano del mandatario y a quien fuera su brazo derecho en Palacio de Gobierno.

Acá no hay informes de inteligencia ni nada que se le parezca. Solo hay improvisación, desconocimiento de la ley, prepotencia y una postura muy peligrosa de vivir de espaldas a la realidad y de creer solo lo que dicen los aduladores del mandatario.