Un baldazo de agua helada para Anel e Iberico que nos hayamos enterado que su jefe y candidato, César Acuña, visitó el SIN de Montesinos. Iberico sacó a la luz el primer vladivideo, Anel presidió la comisión que investigó la corrupción de los noventa.

El testimonio de la Pinchi fue ante la propia Townsend en 2001. ¿Ella no recordó que Acuña también fue llamado por Montesinos? ¿Aceptó defender a Acuña, a sabiendas de su pasado? ¿Nunca pensó que esto se sabría? ¿Con qué nueva defensa lunática nos saldrá ahora ese zombi político que responde al nombre de Anel Townsend?

Aquí no se trata de si Acuña se sentó o no en la famosa salita. Aquí la cosa es descarada, cómplice y torpe. Descarada porque Acuña sale a decir que él nunca vio a Montesinos. Pero estuvo en un vestíbulo del SIN donde se postuló como aspirante a ser un topo o un tránsfuga más. ¡Él no quería plata, él quería un fajín!

Cómplice porque Anel escuchó la declaración de la Pinchi. Tuvo que haberla recordado cuando Acuña la llamó para esta campaña. Anel solía ser muy memoriosa con la corrupción. ¡Por menos, varios fueron a la cárcel con la sola palabra de la Pinchi!

Y torpe, porque hasta Montesinos se burló de Acuña: “este gordo es un bruto”. Según un recorte de la época, Acuña se retiró del Congreso cuando se votó la vacancia y se eligió a Paniagua.

Al cierre de este artículo, Anel está en su casa y manda decir que no está. Iberico dice presidir el Congreso, pero viola la neutralidad de funcionario público haciendo campaña, aún, por Acuña. Montesinos debe estar riéndose en la Base Naval al ver a sus verdugos como iguales.