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Nuevamente los peruanos somos testigos de cómo las instituciones del Estado se encuentran inmersas en un gran lío, por la puesta en libertad de peligrosos delincuentes que hace mucho deberían estar presos; pero que por esas cosas que solo ocurren en el Perú andan por las calles afectando a miles de ciudadanos.

El caso del hampón chalaco conocido como “Pato ciego”, arrestado tras una balacera en San Isidro, ha generado acusaciones del Ministerio del Interior hacia el Poder Judicial, el cual a su vez echa la responsabilidad del benevolente “arresto domiciliario” de este peligroso sujeto a la Fiscalía.

Mientras todo esto ocurre, los ciudadanos viven desamparados a pesar de que las autoridades conocen muy bien el grado de peligrosidad de personajes como el mencionado.

Difícil que lleguemos a buen puerto en la lucha contra el hampa si los jueces y los fiscales no se ponen de acuerdo, por razones que van desde la ineficiencia hasta la corrupción, pasando por la dejadez y su falta de compromiso con la ciudadanía.

Parece que nuestro sistema de justicia aún no se da cuenta de que en sus manos está, en gran parte, la lucha contra el principal problema que castiga a los peruanos: la inseguridad en las calles, que se traduce en asesinatos, robos, extorsiones y demás.

De nada valdrá el trabajo de la Policía si jueces y fiscales no hacen bien su labor.