Falta de institucionalidad
Falta de institucionalidad

Si hay algo que falta en este país desde hace muchos años, es la institucionalidad. Muestra de eso es que tengamos rigiendo los destinos del Perú a un "gobierno familiar" que nadie eligió y a una primera dama sin función pública oficial que despacha con los ministros, o que veamos al Consejo Nacional de la Magistratura sacándose los ojos con el Tribunal Constitucional por el nombramiento de fiscales supremos en el Ministerio Público.

Sin embargo, la falta de institucionalidad es palpable también cuando vemos a las combis de Orión y "El Chosicano" haciendo lo que les da la gana en nuestras pistas, mientras que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y las municipalidades de Lima y Callao se miran las caras y no saben qué hacer; o cuando vemos que un chofer intervenido le menta la madre y quiere atropellar al policía o al inspector municipal a fin de evitar una papeleta.

Otra muestra de que acá las instituciones valen poco es por ejemplo que el sujeto ese de dudosa reputación apodado "Negro Hugo" se paseara por las calles y playas de Lima con un Lamborghini sin placas y nadie le dijera nada. Según un semanario, el ahora fallecido le había roto la cara a patadas a un ciudadano que se le cruzó en la calle y tampoco le pasaba nada. ¿Dónde estaba la Fiscalía? ¿Tenía que ver algo su amistad con el sobrino del fiscal de la Nación, José Peláez?

Lo que el país ha descubierto en regiones como Áncash y Tumbes es también una muestra de que en este país las instituciones no caminan. De otra forma no me explico cómo han pasado tantos años sin que el Estado y sus organismos hayan saltado hasta el techo para poner coto a estas situaciones que recién deben estar sonrojando a varios en la Contraloría, el Ministerio Público, el Poder Judicial, la Procuraduría y la Policía Nacional.

Seremos un país serio cuando las instituciones sean respetadas por los ciudadanos de a pie y por los propios funcionarios, que por un lado lucen tremendas medallas en el pecho, pero por otro se mueven al margen de la ley en situaciones que implican faltas a la ética y a las normas. Mientras tanto, sigamos viendo cómo todos hacen lo que les da la gana sabiendo que acá no pasa nada.