GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Si algo ha demostrado Pedro Pablo Kuczynski hasta el momento, es ser un buen anfitrión, y eso, en política, necesariamente trae réditos a posteriori.

Alejandro Toledo, Alan García, Fernando “Popy” Olivera, el cardenal Juan Luis Cipriani, Luis Castañeda Lossio (quien pocos días antes del balotaje se puso el polo naranja), Luis Bedoya Reyes, Renzo Reggiardo, Raúl Diez Canseco, Ciro Castillo y el mismo “Batman” han pasado por la casa del presidente electo en San Isidro, y casi nadie ha salido quejumbroso o algo parecido.

Esto avizora que estamos frente a un hombre que sabe escuchar y, por ende, tolerante ante las posiciones que no sintonizan con su prédica.

Hoy, además, recibe a Verónika Mendoza, la mujer que ha resucitado a la izquierda en el caparazón del Frente Amplio, y contestataria por vocación. La Vero jugó un papel importante en la victoria final y seguro habrá una loa especial para ella (máxime después de que en la campaña PPK insinuara que “no ha hecho nada en su perra vida”). Tremenda impronta.

De cada uno de estos personajes, incluso del premier Pedro Cateriano, que también lo visita esta mañana para empezar la transferencia, tendrá que absorber ánimos, propuestas y decisiones para romper esos vaticinios en mala onda que lo ven tambaleando en Palacio de Gobierno en los venideros cinco años. El “sube, sube, PPK” no debe quedarse en el lirismo electorero, sino que tendrá que ser un grito de guerra diario después del próximo 28 de julio para refrendar su compromiso con el país hasta quemar el último cartucho.

“Faltas tú, faltas tú; Timoteo, faltas tú”, dice el popular tema de los bravos Richie Ray y Bobby Cruz que Kuczynski tendría que cantarle ya mismo a Keiko Fujimori. Basta ya de este diálogo de sordos.