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Quienes creían que la elección congresal del 26 de enero próximo iba a despertar escasas expectativas entre los eventuales candidatos, debido a que los elegidos van a permanecer en sus cargos apenas un año y medio, se equivocaron. Hasta ayer vimos una descomunal avalancha de candidatos de todos los colores y sabores, varios de ellos reciclados, lo que lleva a los electores a estar muy atentos para elegir de manera responsable, a fin de evitar los fiascos del pasado.

Debido a la premura con la que ha sido convocado este proceso electoral, veo que hay dos grandes peligros que podrían llevar a que el efímero Congreso del 2020-2021 sea peor al recientemente disuelto, lo cual de por sí ya sería una tragedia para el Perú. Es por eso que los ciudadanos debemos de estar muy vigilantes y no creer todo lo que por estos días nos muestran, con grandes sonrisas, los candidatos y las agrupaciones políticas que han salido a la caza de nuestros votos.

El primer gran problema es que no haya tiempo suficiente para conocer los antecedentes de quienes aspiran a llegar al Congreso. Y no me refiero a la labor formal que pueda hacer la autoridad electoral para verificar si lo consignado en las hojas de vida es cierto, sino a la otra búsqueda e investigación que es necesaria para conocer ese lado oscuro que suelen tener muchos de los que por estos tiempos sueñan con entrar a la política en el Perú, y gozar de inmunidad gracias a nuestros votos.

Hoy todos sonríen y muestran sus mejores lados en lo personal, profesional, judicial y político, pero estoy seguro de que al igual que sus antecesores, muchos tienen historias ocultas que quizás no lleguemos a conocer ante la brevedad de la campaña. Lo otro que me preocupa es que muchas listas se han formado sobre la marcha y es muy probable que, tras ganar escaños, en unos meses haya pleitos y divisiones. Lo vimos en el último Congreso, y sufrimos las consecuencias de tener bancadas pegadas con babas.

Por estos días en que vemos a las listas inscribiéndose para postular, sería bueno darnos el trabajo de averiguar quién es quién. Si alguien nos llama la atención por la razón que sea y estamos tentados a darle nuestro voto, analicemos un poco. Con algo de responsabilidad podríamos evitar el irnos nuevamente de cara con un Congreso como el que ha sido disuelto en medio de aplausos, por más que la medida ha sido calificada de inconstitucional por muchos expertos.