Para hoy sábado 26 de marzo Pedro Castillo había anunciado una reunión del Acuerdo Nacional que se frustró porque, según dijeron, aún no estaba preparada la agenda que debía enfrentar la crisis de gobierno generada por la vacancia que será debatida el lunes 28 en el Congreso. Pero la crisis permanente no es competencia del Acuerdo Nacional, sí lo es proponer políticas públicas y con su composición tripartita ayudar a pensar en lo que queremos como país para el mediano y largo plazo. Y es lo que ha venido haciendo, entre una y otra fotografía para la ocasión y para el uso político. Suscrito por el primer gobierno democrático, después de la caída de Alberto Fujimori, tuvo como antecedente el Acuerdo de Gobernabilidad firmado el 26 de diciembre de 1999 en el Hotel Bolívar, impulsado por Gustavo Mohme Llona para unir a los sectores democráticos y entregar una propuesta consensuada al país en su nueva etapa. Hoy el Acuerdo Nacional tiene más de 20 años y 35 políticas de Estado con lineamientos generales para la acción del Estado. Deberían ser vinculantes, pero no lo son. Han sido actualizadas en el documento del 27 de mayo 2021 titulado Consensos por el Perú en el que reafirman su compromiso con la salvaguarda de la vida, la contención de la pandemia, la atención a la población más vulnerable, la lucha contra el hambre y la recuperación económica con empleo digno. Manifiestan su voluntad de promover un diálogo nacional sobre un sistema unificado de salud y una Reforma política y del sistema de administración de justicia, entre otros temas relevantes, que guardan concordancia con las políticas de Estado y la Visión del Perú al 2050. Este inmenso y valioso trabajo no debería ser perturbado para apagar fuegos coyunturales, graves y menos graves. Nos toca agradecer lo que vienen haciendo y difundirlo en interés de todos.