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El nuevo alcalde de La Victoria, George Forsyth, ha empezado su gestión acudiendo durante la madrugada a una operación de limpieza de las inmundas calles del jirón Gamarra, ese emporio comercial que ojalá con la nueva administración edil deje de ser lo que ha sido por décadas: un monumento a la informalidad, la corrupción, el desgobierno, la insalubridad, la explotación laboral y la inseguridad.

La situación de abandono y caos en que se encuentra Gamarra no es de ahora ni de la gestión del encarcelado exalcalde Elías Cuba. Trabajo hace 26 años en La Victoria y, hasta ahora, ninguno de los burgomaestres que he visto pasar ha logrado poner orden en el distrito y, en especial, en el emporio textil. Hubo intentos en 1998 con el famoso “Gamarrazo” que cubrí como reportero, que permitió el desalojo de los informales, pero todo fue flor de unos meses.

Es surrealista que hasta hace pocas horas, un grupo de hampones enquistados en la administración edil hayan estado cobrando cupos a los comerciantes para ocupar la calle. Todos sabían que eso ocurría, pero nadie hacía nada. Todos saben que ahí se explota laboralmente a peruanos y venezolanos, pero tampoco se toman medidas. El Perú entero conoce que en caso de una emergencia habrá decenas de muertos y heridos. No obstante, todo sigue igual.

Las calles de Gamarra no pueden seguir siendo el reflejo del peor rostro del Perú, ese que debemos cambiar si aspiramos a ser un país civilizado. El alcalde Forsyth ha dicho que La Victoria es “tierra de nadie” y tiene razón. El emporio textil podría ser un excelente polo de atracción de clientes peruanos y extranjeros, pero así como está hoy, con informales que hasta cuelgan la ropa en las calles para ofrecerla al público, poco o nada se podrá avanzar.

Las ganas y el empuje que ha mostrado el nuevo burgomaestre de La Victoria deben de mantenerse durante los próximos cuatro años, en que tendrá que chocar con muchísimos intereses y mafias, en las cuales habrían estado metidos hasta generales de la Policía Nacional que hoy están bajo prisión preventiva. No es tarea fácil, pero hay que cumplirla. Para eso se elige a un alcalde. El distrito y Gamarra no dan para más.

PD: Por vacaciones, esta columna dejará de salir por dos semanas.