GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Los áulicos gritan nueva Constitución, empezar de cero, que se vayan todos. Alzan la voz hasta sus máximos decibeles para que en respuesta a esta malhadada y sempiterna corrupción refundemos la República y empecemos de cero la primavera de una democracia nueva. Así inauguraron estos mismos su cruzada anticorrupción bajo el liderazgo de Alejandro Toledo, que ya sabemos cómo está por terminar. En estos días que la tarima del escenario político arde, hay algunos planteamientos que tienen un serio problema, y es que se esparcen con el imperecedero extintor rojo y no esconden el interés furtivo de tumbarse al rival en ese intento. Pretenden relativizar, además, que la arremetida chuponeadora ha tenido, en tiempo y espacio, un objetivo ideológico evidente, como en el audio de Pedro Chávarry, que no la deslegitima pero que revela su fustán caviar, su impronta rosada, su puntería preconcebida. Entonces, seamos justos, seámoslo siempre, y que caigan los que tengan que caer, todos, sin excepciones, pero también apelemos a la verdad y no santifiquemos todas las indignaciones: filtremos a aquellas que tienden al aprovechamiento gremial y al rédito político. Los que tanto quieren adelanto de elecciones que esperen el ordenamiento electoral y miren al 2021. Los que aspiran a que se cree un justo y transparente sistema judicial -titánica tarea- que respeten las propuestas, mecanismos y plazos que la comisión creada desde el Ejecutivo planteará. Y que los feroces administradores de la difusión de audios los suelten todos de una vez y no con la sicaria convicción

de aniquilar al enemigo político en el momento preciso.