Cada instalación de un nuevo Congreso, como sucedió en marzo último, viene cargada de un escándalo recurrente: el dinero que se paga por concepto de “instalación” a todos los flamantes legisladores a pesar de que al menos 40 de ellos viven en Lima y Callao y no tendrían por qué movilizarse a vivir en la capital ni hacer mudanza con esos recursos públicos adicionales a sus sueldos que bien podrían destinarse a otra cosa.

Se trata de 15 mil 600 soles que, según el Reglamento del Congreso y posteriores normas, se debe pagar a los nuevos legisladores por “gastos de instalación”. No se excluye a los representantes de Lima y Callao. Sin embargo, desde marzo de este año se dio un plazo de 30 días para que los que deseen, renuncien a cobrar ese dinero. Fueron 23 los que lo recibieron. Algunos afirmaron que los donaron, aunque sin dar mayores detalles.

El último fin de semana hemos visto el caso de la congresista de Podemos Cecilia García, quien en campaña dijo que no cobraría ese dinero. Sin embargo, sí lo hizo. Ella ha salido a defender su actitud afirmando que si no lo hacía, la plata iba a volver al Tesoro Público y que desde allí posiblemente iría a parar a las AFP. Añadió, además, que esos recursos corresponden por ley a los legisladores. Acá tenemos, pues, a una digna representante del nuevo Poder Legislativo.

Dicho esto, cabría preguntarse por qué de una vez no se elimina este pago, al menos para los congresistas de Lima y Callao. La cosa es sencilla y se evitarían escándalos cada cinco años o menos. No obstante, todo sigue igual, con lo que queda claro que la “otorongada” sigue vigente en la Plaza Bolívar por más que en la campaña todos se llenaron la boca prometiendo desterrar las viejas prácticas y mañas de sus antecesores.

Aunque sea con el dolor de su corazón y su bolsillo, los congresistas deberían mandar al tacho de una vez ese absurdo pago. El ahorro, en términos macro, es ínfimo, pero al menos significaría un gesto y, además, evitaría que tengamos que escuchar “justificaciones” como las lanzadas por la legisladora García. El Perú ya tiene suficientes problemas como para estar presenciando este tipo de situaciones que con un poco de voluntad, se pueden cortar de raíz.