Uno de los más frecuentes errores que suelen cometer los que debaten en estos tiempos los asuntos referidos al sexo de los seres humanos es cambiarle el nombre y denominarlo “género”. En ninguna de las acepciones de esta voz o palabra que aparecen en los diccionarios de la lengua española se puede establecer o deducir que “género” es sinónimo de “sexo”. Obviamente este cambio de significado de género no es el resultado de una evolución o involución de la lengua castellana sino la moda de un grupo de hispanohablantes que copian cambios en otras lenguas extranjeras, sin saber con precisión cuál es el objetivo de este cambio. No hay ninguna acepción castellana que designe la voz “género” como equivalente a la voz “sexo”, salvo que se trate de evitar el uso de las frases “sexo masculino” y “sexo femenino” y reemplazarlas por “género masculino” y “género masculino”, que tienen otro uso exclusivamente gramatical. El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, en su vigésima edición del año 1984, páginas 685, tiene varias acepciones de género, ninguna de las cuales es sexo. En relación al género femenino, Gramática, dice: “El de los nombres sustantivos que significan personas y algunas veces animales del sexo femenino. También de otros nombres de seres inanimados”. En la página 685, en relación al género masculino, Gramática, dice: “El de los nombres que significan personas y algunas veces animales del sexo masculino y también el de otros nombres de seres inanimados”. El Diccionario esencial de la lengua española, del año 2006, página 721, también tiene varias acepciones de género, ninguna de las cuales es sexo. En relación al género femenino, Gramática, dice: “En los nombres y en algunos pronombres, rasgo inherente de las voces que designan personas del sexo femenino, muchos animales hembra, seres inanimados y algunos conceptos abstractos”. En la página 721, en relación al género masculino, Gramática, dice: “En los nombres y en algunos pronombres rasgo inherente de las voces que designan personas del sexo masculino, algunos animales macho, seres inanimados y algunos conceptos abstractos”. El género siempre es gramatical y el sexo siempre es animal, lo que incluye a los seres humanos. El Diccionario de la lengua española del año 1984, página 1241, en relación a la voz “sexo”, tiene varias acepciones, ninguna de las cuales es género. En relación a sexo dice: 1. Biología: “Condición orgánica en los seres humanos, en los animales y en las plantas; 2. Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo”. El Diccionario esencial de la lengua española del año 2006, página 1359, tiene varias acepciones de sexo, ninguna de las cuales es género. En relación a sexo dice: “1. Condición orgánica masculina o femenina de los animales y las plantas”. 2. Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo. El sexo siempre designa una condición orgánica, animal; el género siempre es gramatical. Desde luego el uso indebido de género por sexo no es un problema de nomenclatura; es una estrategia para no enfrentar la dicotomía orgánica, la división en dos partes: hombre o mujer, sexo masculino o sexo femenino. Los malos defensores de los derechos de los homosexuales proponen usar género y no sexo y los tontos útiles que los atacan hacen lo mismo. Los homosexuales tienen el derecho de compartir su vida y sus bienes con otra persona de su mismo sexo, pero no tienen derecho de promover la absurda idea de que los niños deben aprender a decidir si desean actuar como hombres o como mujeres. Los que hablan de “identidad de género” o de la pintoresca “ideología de género” están usando una voz o palabra que confunde la realidad y distorsiona las acciones y los objetivos. Los niños y las niñas deben aprender que la voz “machismo” designa la actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres. Hay que combatir esa actitud prepotente; hay que enseñarles que macho es solo un animal de sexo masculino. Hay que enseñarles a todos que el feminismo es un movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres. Hay que enseñarles a todos que todos tenemos las mismas necesidades y aspiramos a tener los mismos derechos, es decir a tener una igualdad de sexo. No debemos olvidar que no hay una “ideología de género” ni una ideología de sexo; el sexo es una condición orgánica de la naturaleza que no podemos modificar. Esto no significa cerrar los ojos ante los homosexuales. Debemos combatir la aversión obsesiva hacia las personas homosexuales. La homosexualidad es la inclinación erótica hacia individuos del mismo sexo. El sexo siempre está presente; hay homosexualidad femenina y homosexualidad masculina. La única bisexualidad que existe es la de los hermafroditas, que tienen dos sexos y que son una minoría absoluta entre los seres humanos. El género no es sexo; pensemos y hablemos usando las palabras correctas y tendremos más posibilidades de establecer los límites de validez de nuestros conocimientos. Salvo mejor opinión.
Género no es sexo
Uno de los más frecuentes errores que suelen cometer los que debaten en estos tiempos los asuntos referidos al sexo de los seres humanos es cambiarle el nombre y denominarlo “género”.