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El Perú ha sido uno de los países que más ha reclamado por las libertades democráticas en Venezuela, con el apoyo casi unánime de la opinión pública, salvo por la mirada a los costados de la izquierda, que no se atreve a condenar al tirano de Caracas, ese que años atrás, desde los tiempos de su jefe Hugo Chávez, era tan generoso con el hoy recluso Ollanta Humala, al que el expremier Pedro Cateriano y sus ministros de entonces han salido a apoyar públicamente.

Es por eso que para el Perú resulta un golpe bajo la actitud que ha tenido parte de la oposición venezolana al chavismo al prestarse a participar en unas cuestionadas elecciones locales que dieron como gran ganador al oficialismo, que por estos días no cabe de felicidad. Con sus candidatos y sus escasos ganadores, han validado a la tiranía, que debía ser aislada por las fuerzas democráticas, las que jamás debieron ser parte de su juego.

Incluso el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski promovió en agosto último una reunión de cancilleres de la región en Lima para exigir libertades y democracia en medio de la tiranía. Fue un esfuerzo loable a nivel regional. Sin embargo, todo se ha visto torpedeado por la actitud de una parte de la oposición venezolana que ha tenido ganadores en las elecciones locales, quienes han juramentado ante la muy cuestionada Asamblea Constituyente de Maduro. Un fiasco.

La oposición venezolana, esa con la que tantas veces nos hemos solidarizado desde el Perú, se ha dado un disparo a los pies y debe una explicación. Quien debe estar feliz con todo esto es Maduro, al que le han puesto un balón de oxígeno político en el momento menos pensado. Los antichavistas, si realmente lo eran, debieron abstenerse de participar, para así dejar solos y en posición adelantada a los oficialistas y sus arbitrariedades.

Otros que ya tienen algún pretexto para seguir tratando con tibieza al chavismo, que aparte mantiene a Venezuela sumida en la pobreza, son nuestros izquierdistas en el Congreso, quienes ahora podrán hablar de un “proceso limpio validado con la participación de la oposición”. Gol de media cancha de Maduro y de sus amigos, incluyendo a los locales. Le han hecho un tremendo favor a la dictadura, que hace tiempo debió caer.