Las hermosas bahías de Chimbote y Paracas son espacios naturales y frágiles que debemos proteger y cuidar. Por ello, el sector pesquero industrial formal viene implementando tecnologías de producción limpia y, desde hace varios años, está encaminado en la Economía Circular.

Así, desde el año 2010 todas las plantas de harina y aceite de pescado ubicadas en la bahía El Ferrol (Chimbote) cuentan con un sistema de tratamiento del efluente industrial, que les permite cumplir con los Límites Máximos Permisibles, el cual es colectado y vertido fuera de la Bahía Ferrol por un sistema construido por las propias empresas pesqueras a través de APROFERROL, que incluye 2 emisores submarinos de 14 pulgadas de diámetro y 9.5 km de longitud y que significó una inversión de 15 millones de dólares. De esta manera, APROFERROL brinda el servicio a 33 plantas pesqueras, mientras otras 2 empresas tienen sus emisores independientes.

Lo mismo ocurre en la bahía de Paracas donde las empresas pesqueras construyeron un emisor de 13.5 kms de longitud que permite disponer fuera de la bahía los efluentes ya tratados de 6 plantas pesqueras, para lo cual invirtieron 6 millones de dólares.

Por otro lado, en cuanto al aire, es importante señalar que todas las empresas pesqueras formales han invertido en innovación tecnológica, migrando de un sistema de secado directo (asociado a la frase “están quemando harina”) a un sistema de secado indirecto al vapor (Steam Dried). Así, quedaron en el olvido las antiguas y famosas plantas de secado a fuego directo, lo cual ha tenido un impacto muy positivo. Además de ser una de las industrias más reguladas y supervisadas, hoy la industria pesquera está a la vanguardia de la innovación tecnológica en materia ambiental, siempre vigilante del cuidado de las bahías donde opera, en aras de la sustentabilidad.

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