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Fuerza Popular es una hechura de Keiko Fujimori. Su padre no tiene vela en ese entierro. Algunos congresistas, bien agradecidos, le atribuyen el título de líder histórico. Pero la que ronca en la tienda “naranja” es la esposa de Mark Vito. Kenji trató de hacerle sombra, pero terminó fulminado por los “Mamanivideos”.

Hacemos esta reflexión para en seguida preguntarnos: si se ratifica la prisión para Keiko, ¿subsistirá Fuerza Popular? ¿Habrá keikismo sin Keiko? A nivel de liderazgo, no hay moros en la costa. Todos son suplentes. Y no olvidemos que ya ocurrieron deserciones importantes, como la de Francesco Petrozzi, quien se hartó de que le canten lo que tenía que decir.

Ante esta posibilidad, Úrsula Letona acentúa el juramento de que, “desde donde esté”, Keiko Fujimori ejercerá el mando del partido de la “K”. Aceptemos que es así, pero una cosa es con guitarra y otra con cajón. ¿Verdad? Es decir, no es lo mismo ordenar desde la cárcel que ostentar libertad de acción. Y, políticamente, resulta complicado tener las alas cortadas y convivir lejos del poder. Máxime si las elecciones del 2021 están a la vuelta de la esquina.

Este sombrío panorama tiene cabezones a Becerril y compañía. Podrían quedarse huérfanos por buen tiempo y mutar de la gloria al ocaso. Luz Salgado, que no es ninguna bruja, ya lo dijo: “Las elecciones del 2021 las veo bastante complicadas para el fujimorismo”. Y cómo no. Además de un diálogo de unidad, tienen que ofrecer disculpas a la población por hacer uso y abuso de su mayoría en el Congreso y descuidar la legislación en favor de la población. A ver si Chávarry es su Chapulín Colorado.