GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

La mayoría del Congreso archivó el proyecto de adelanto de elecciones. La bomba explotó sin control de daños por el Ejecutivo y en presencia de la Comisión de Venecia. La presión de Martín Vizcarra no funcionó y el desenlace debió ser aceptado y dio paso a una nueva etapa. No caben recriminaciones por la decisión del Congreso, pues está dentro de sus facultades. La crisis debería concluir, aunque el Primer Ministro anunció que el Gobierno no se quedará con los brazos cruzados. El Presidente, sin aludir al adelanto de elecciones ya archivado, reinició la pelea con una nueva cuestión de confianza que aborda competencias constitucionales del Parlamento, que debe elegir a los miembros del Tribunal Constitucional. Nuevamente se irrespeta la separación de poderes. Y si bien no mencionó el cierre del Congreso, es evidente que espera otra oportunidad, aunque las multitudes convocadas no aparecieran en las calles para protestar por el archivamiento del proyecto vizcarrista.

En democracia siempre hay posibilidad de diálogo, de hacer política y no guerra. Y ello implica atender al pueblo, que de seguro está más preocupado por la situación económica y por el incremento de la criminalidad urbana que por el adelanto de elecciones. Sin hablar de los niños y adultos que están muriendo en hospitales públicos desabastecidos. Continuar con la escalada del conflicto de poderes afecta a todos, pero Martín Vizcarra quiere seguir con la pelea. Rechaza hacer política logrando acuerdos sobre problemas importantes y urgentes. La lucha contra la corrupción es esencial y debemos proseguirla para sanear el país, pero no implica desatender lo más urgente. Ojalá Vizcarra pudiera terminar su periodo con un gabinete de ancha base formado por notables comprometidos y gobernar conforme a una agenda mínima consensuada también con el Legislativo. Esta propuesta, auspiciada por muchos, especialmente por la Coordinadora Republicana, es un signo de que todavía podemos actuar en positivo.

TAGS RELACIONADOS