En la medida que las proyecciones confirmaban a Pedro Castillo y Keiko Fujimori como los candidatos que disputarían la segunda vuelta, un buen número de ciudadanos mostraban su decepción por los resultados. Incluso algunos iniciaron una campaña para promover el voto blanco o viciado y que este llegue al 66.6% para que se anulen las elecciones, coyuntura  que solo obligaría a repetir el balotaje con los mismos postulantes de Perú Libre y Fuerza Popular.

Es evidente que algo que parecía solo un mal augurio fue desbordado por la realidad. Sin embargo, debemos respetar los resultados y decidir nuestro voto bien informados y con mucha responsabilidad. Hoy por hoy somos parte de un país vulnerable y en crisis por una serie de circunstancias. No le agreguemos más inestabilidad porque no nos gusta ninguno de los dos candidatos que irán a segunda vuelta.

En los sufragios del 11 de abril hubo un 28% de ausentismo. Se entiende por la pandemia de la COVID-19, pero sería ideal que más gente participe en las próximas elecciones y cumpla con su deber democrático de votar por una opción. No podemos seguir este proceso desde la equidistancia porque nos es más cómodo. Recuerden que el próximo presidente gobernará en nombre de todos. Hay que analizar bien las alternativas que se presentan y cómo afectarán el día a día de cada ciudadano. A partir de allí emitiremos un voto responsable.